¿Qué es esto?
¿Y esto?
Salvo contadas excepciones, seguro que la mayoría hemos respondido «unas Converse» y «una Blackberry». Bastantes menos habrán contestado «unas zapatillas» o «un teléfono móvil».
Proyecto Brand Spirit
El fenómeno de la asociación producto – marca no es nada nuevo, pero el trabajo de este publicista y fotógrafo, Andrew Miller, lo refleja de una manera especialmente directa y hasta un tanto impactante.
Basta el primer vistazo a la foto anterior para que surja de la mente la palabra mágica: Kindle.
Y lo que viene ahora no es la imagen de una cámara instantánea, sino de una…
… Exacto: Polaroid.
Respuesta correcta que te habría conducido a la victoria si estuviéramos jugando al…
… Correcto, al Trivial Pursuit. Te has ganado un quesito de color… perfectamente reconocible incluso en blanco y negro.
Curioso.
Cómo nuestra mente asocia un producto a una marca
No sé a ti, pero a mí , aunque no me sorprenda… no deja de sorprenderme.
Y el asombro dura, y dura y dura, como las pilas __?__.
Bien, como las pilas Duracell.
Por qué Miller pintó de blanco tantos objetos
Brand Spirit es una serie de fotos que disparó Andrew Miller: una al día durante 100 días.
Cubrió de pintura blanca 100 objetos y, así, reducidos a su máxima pureza y despojados de cualquier huella visual de marca, los fotografió.
Cada marca, sin embargo, sigue siendo perfecta e inmediatamente reconocible a pesar de la supresión del contexto.
Como ocurre con Barbie.
O como pasa también con Lego.
Andrew Miller asegura que al pintar todos los objetos de blanco se encontró con relaciones entre ellos que no se esperaba: «Nunca imaginé que un paquete de cigarrillos (Marlboro) pudiera parecerse tanto a una caja de pinturas de colores (Crayola)».
La razón por la que inició este proyecto queda clara al leer esta declaración en su web:
«Estoy obsesionado con entender lo que significa vivir en un mundo de marcas, en el que asociamos nuestra identidad con las marcas y los productos que compramos».
Casio
Nintendo
Guillette
Pringles
Y, visto lo visto, tiene toda la razón. ¿Quién no reconocería las dos marcas siguientes?
Post-it
Moleskine
Acabo con dos ejemplos que me impresionan especialmente.
¿Por qué «Red Bull» y «Starbucks» si se trata nada más que de una lata y una taza de cartón? ¡¿Por qué?! :O
La (preocupante) idea que estudia Miller con este trabajo no revela nada nuevo, pero la manera de presentárnosla es clara, original y efectiva.
¿O acaso no te lo parece con esta Coca-Cola? Digo, con esta botella de refresco…
«La buena publicidad vende el producto hoy, y construye la marca para mañana»
Luis Bassat.
Si quieres ver más ejemplos visita brandspirit.tumblr.com y @andrewmillernyc.
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El experimento está bien, pero en realidad con haber usado alguno y tener algo de memoria ya está hecho. Es difícil no pensar ‘Nintendo’, ‘Blackberry’ o similares si el objeto que te presentan no es que sea un mando de consola o un móvil, sino el mando concretamente de Nintendo o el móvil que es concretamente el de Blackberry , así que piensas ‘Nintendo’ y ‘Blackberry’, directamente, tendemos a economizar lenguaje. En el momento en que conozcas (por uso o simplemente verlo) esa forma, figura, ya está más de la mitad del trabajo hecho para nuestro cerebro. No piensas «es un juguete de plástico concretamente el de LEGO’ porque no hay otros muñecos con esa forma con los que te pudieses equivocar. Hasta un envase de patatas es distinto en McDonald que en BurguerKing o el burguer de donde vivo (ese McCharly!!). Es difícil no pensar en una marca cuando el envase que te ponen es el de ESA marca en concreto.
Otra cosa es que nos sepamos esas marcas, pero lo dicho, con haberlos usado una vez y tener algo de memoria, ya está.
Solo hay que ver el paquete de tabaco, los colores, la cuchilla de afeitar, la lata o el envase de café. No acerté ni uno :_D
Creo que sé lo que intenta probar el autor, pero no me parece un experimento del todo bien enfocado o acertado, o que pruebe nada. Pero tampoco hace falta probar que las Marcas sobrevuelan nuestras vidas, ahí tiene toda la razón. Casi todos decimos ‘Casera’, no ‘gaseosa’ o ‘agua carbonatada’ 😀
Artísticamente es precioso, eso si.
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Hola, Jonathan.
De eso es justo de lo que hemos hablado en los comentarios anteriores.
En uno de ellos decíamos que hay algunos productos que es lógico que asociemos a la marca porque su forma es muy característica; por ejemplo, la Blackberry. Pero que es muy distinto cuando acertamos tan rápidamente diseños como el del envase del Starbucks, que en realidad es una taza de cartón con tapa que podría pertenecer a cualquier marca y que sin embargo (la mayoría, no es tu caso por lo que cuentas) vinculamos directamente con una sola.
Lo mismo con la lata. Que la mayoría de las personas piensen en tu marca cuando vean una lata lisa pintada de blanco, ¿te parece fácil de lograr?
En lo de que es artísticamente precioso estoy contigo. Limpio y sencillo.
Un saludo ¡y feliz semana!
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El proyecto es más simple de lo que parece. Remite a formas que nos son repetidas una y otra vez en asociación lógica con una marca: el hecho de repetirlas enfermizamente es ya un ejercicio de branding básico y efectivo.
Ocurre, por ejemplo, con el cine, donde la representación puede ser una línea de guión, en lugar de un objeto.
«Que la Fuerza te acompañe».
«Tócala otra vez, Sam».
¿Hay algo extraño en la composición sintáctica de estas frases, algún plan malvado o algún sortilegio que nos remita directamente a unos títulos (marcas)? No: se trata de pura repetición. Hay líneas mucho mejores en la historia del cine que pasarán inadvertidas; estas, sin embargo, perdurarán. Pues con las marcas y sus representaciones, igual. Por lo general, los humanos somos así de simples.
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Hola, David.
No me sorprende por complejo, sino precisamente por su sencillez. Con solo pintar de blanco una serie de productos demuestra cómo de interiorizadas tenemos sus marcas. Y cómo, en algunos casos, aunque el producto podría perfectamente corresponder a otra marca distinta, no contemplamos en nuestra respuesta una posibilidad distinta a la de «la marca estrella».
Yo creo que no es más simple de lo que parece, sino simple a propósito. Y eficaz.
De planes malvados y sortilegios no hemos hablado. Y yo creo que el artista tampoco.
Pero es mi opinión, claro 🙂
Muchas gracias por tu comentario. Un saludo y feliz miércoles.
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Muchos de estos productos tienen sus formas gracias a decisiones técnicas que no tienen que ver con el «branding» en lo más mínimo.
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Hola, Anónimo.
Nadie dice lo contrario 🙂
¡Saludos!
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Impresionante. No nos damos ni cuenta. Me pasó algo parecido con el juego para móvil en la que te enseñan parte de un logo y tienes que adivinar la marca. Nos sabemos cientos, ¡es alucinante! (para bien y para mal, creo)
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¡Hola, Raquel!
Sí, ya sé que juego dices. Es verdad que también impresionaba. Pero creo que hay una diferencia importante que hace que lo de este proyecto me asombre un poco más todavía. En aquel juego tratabas de adivinar algo que ya forma parte de la marca, su logotipo. Pero es que en este caso lo que tienes ante ti, en teoría, no tiene nada que ver con la marca, es solo un producto en blanco.
Es cierto que hay algunos productos que es lógico que asociemos a la marca porque su forma es muy característica; por ejemplo, la Blackberry. Pero cuando acertamos tan rápidamente diseños como el del envase del Starbucks, que en realidad es una taza de cartón con tapa como la de cualquier otra marca… ahí sí que pienso ¡aaay, me están lavando el cerebro!
Jaja sé que es menos dramático que todo esto, pero lo que está claro es que da qué pensar. ¡A mí al menos!.
Un saludo, Raquel. ¡Pasa un buen día!
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